Y me llegan mensajes a mí. Que me desconciertan y no sé bien cómo contestar. Y lo intento pero no sé bien cómo hacerlo, qué hacer. Porque todo es más fácil y parece más evidente, pese a que a mí me confunda y no sepa bien cómo comprenderlo. Contesto los mensajes con evasivas, de manera absurda, uso la literatura, esa otra forma de manejar el lenguaje que no es natural, ni correcta, ni útil. Y le escribo palabras, muchas palabras que ella sólo puede contestar alabando mi literatura. Tan falsas son. Tan poco útiles. Una vez más las palabras. Aunque no sean para ti.
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