Como los vínculos carcelarios son tan fuertes, el ecuatoriano aquel me ha pegado una patada esta mañana. Yo iba tan tranquilo dando un paseo y él iba repartiendo publicidad. Luego le he invitado a un café. Los vínculos carcelarios son así.
También ha pasado algo con Juliana. Se ha venido a vivir al piso de arriba. La terapeuta y ella no hacen buenas migas de momento, pero creo que es porque la terapeuta quiere psicoanalizarla y Juliana lo arregla todo con frases referentes a su miembro viril. Curiosamente ese miembro viril es lo que le separa de ser lo que ansía. La gente es así de contradictoria.
Juliana quiere trabajar por la zona y establecerse, operarse del todo (sobre todo la teta derecha, que ahora así con sólo una está muy rara) y vivir. Si es posible con un señor guapo, alto y rico. Tiene mucho entusiasmo. Se lo he presentado a Sol y Luna, y quieren que trabaje con ellas, sobre todo por aumentar la clientela y diversificar la oferta (el lenguaje empresarial llega a todas partes) pero quieren saber por qué a ella la metieron en la cárcel. Y yo también, porque no se lo pregunté.
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