La novela negra
lleva varios años de moda. Desde la irrupción de los nórdicos en
el género, con el gran éxito editorial de la saga Millenium por
encima de todos, la novela negra vive una época de continuos
estrenos, autores y sobre todo, de muchos lectores que buscan novelas
de crímenes, misterios y detectives.
Tomando como fuentes
a grandes clásicos como Hammet o Chandler, y olvidando a otros que
fueron grandes, pero que son, hoy en día, tomados menos en serio,
como Simenon o Ellery Queen, y mirando hacia autores que tuvieron
algo de marginal como Jim Thompson, la novela negra fue tomando
altura y es hoy uno de los géneros punteros en ventas.
Esto ha motivado que
grandes editoriales hayan decidido crear colecciones o sellos
paralelos centrados en el género. Salamandra Black es el último que
ha nacido, con la esperanza de hacerse un hueco en un mercado muy
competitivo.
Para su estreno la
firma ha lanzado Galvestone, obra del guionista y creador de True
Detective, Nic Pizzolatto. Esa mezcla de crímenes, con búsqueda
personal, reflexión sobre el mundo y violencia, que caracterizaba la
obra, la encontraremos también en la novela, ambientada en
localizaciones parecidas a las de la serie, Louisiana y Texas.
Para más adelante
se anuncian obras de Lehane, autor de Mystic River y guinista de
algunos capítulos de The Wire y de A.S.A Harrison, autora canadiense
que ha sido una de las últimas superventas del género.
Un sello que nace
con ganas de ofrecer una visión moderna de la novela negra y que se
aleja, por ahora, de la ambientación nórdica que tanto éxito y
tantas ediciones está teniendo últimamente.
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