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miércoles, septiembre 24, 2014

LA TRISTEZA DE LAS CANCIONES O LAS CANCIONES DE LA TRISTEZA


Para no hacer daño a los receptores o para proteger a receptores inadecuados de algunas ficciones o de obras culturales, se califican estas por edades o se prohíbe su uso a menores. En otros casos hay advertencias, tanto a padres como a chicos, de que allí hay cosas que no les van a gustar: palabras mal sonantes, referencias sexuales, violencia, etc.

Se concentran estas advertencias en obras musicales, en películas y en videojuegos. Así, pensamos que los jóvenes estarán libres de recibir ideas inadecuadas. Y así, también los adultos podrán elegir si quieren o no ser receptores de esos contenidos inadecuados.

Nick Hornby dice en Alta fidelidad que esas advertencias existen y que son certeras, pero que hay otras que tal vez deberían hacerse. Una advertencia sobre la música pop y su tristeza. Sobre las letras que hablan de amor, sobre todo de la pérdida del amor que dejan devastado, herido, destrozado y hecho fosfatina a una persona.

Horas y horas, semanas y semanas, días y días escuchando canciones con mensajes negativos, con ideas sobre el amor y las relaciones tienen que afectar a las mentes, tienen que quedarse ahí grabadas, en el subconsciente y después aflorar sin remedio. Pregunta Hornby, ¿estamos tristes porque escuchamos canciones? ¿o escuchamos canciones porque estamos tristes?

Esa gran carga de tristeza y negatividad, pero también de ideas preconcebidas que los autores de canciones dan sobre el amor por fuerza han de influir en nosotros, así como lo hacen las comedias románticas, los libros o las películas de Disney, mostrando imágenes que para nosotros son deseables desde que somos pequeños, porque desde entonces toda esa gran maquinaria sin dueño y sin orden ha estado bombardeando nuestra mente con ideas sobre el amor.

La música pop no existiría sin el amor. Y gran parte del rock tampoco. Y del soul y el jazz. Y una gran parte de la ópera. Y un número enorme de películas y series de televisión. Todo ese consumo que hacemos, todos esos modelos que compartimos, nos invaden y generan ideas que se acaban por volver realidades, que acaban por afectarnos y terminan por servir de ruta para nuestras propias relaciones.

La ficción, el arte, encauzando a la vida hacia sus ideales. Y la vida, que no puede seguirlos, se vuelve dura y tensa y triste. En el libro de Hornby Rob lucha contra el desamor. Y conoce tantas canciones sobre el tema, que ya sabe de antemano cómo se va a sentir. Ya sabe que irá a casa y pondrá un disco y estará triste hasta que algún día deje por fin de esatarlo.



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