El turismo, uno de los motores económicos del país, viene acompañando a España desde hace mucho. Los viajeros lo tenían como destino exótico donde contemplar muchos de los tópicos de moda en la época: ruinas antiguas, gentes rudas, mujeres exóticas, etc.
Muchos de esos viajeros dejaban después constancia de lo vivido en diarios y libros que son leídos con interés y curiosidad por los lectores modernos que no dejan de sorprenderse de la visión y de lo que ocurría en España durante esa época.
Visto como negocio desde hace tiempo, se comprobó la necesidad de hacer publicidad en países extranjeros para que los visitantes no dejaran de fluir. Y de esos materiales para publicitar el país se hace eco una exposición en la Biblioteca Nacional y en el Museo del Romanticismo.
Carteles, libros, fotografías, documentos, hasta cerca de 200 obras que se utilizaron para publicitar nuestro país y sus encantos por todo el mundo. Podemos disfrutar de ella hasta el 18 de mayo.
Así, además de comprobar cómo nos veíamos a nosotros mismo y cuáles eran nuestras cualidades, vemos la faceta artística de la publicidad y la creatividad que dichos documentos aportaban.
La publicidad debía ser impactante y también debía de ser capaz de hacer que el espectador tuviera ganas de conocer nuestro país. Vemos carteles que responden al prototipo de arte vanguardista, otros que son románticos, otros impresionistas. El arte al servicio del turismo y de la publicidad.
Muchos de esos viajeros dejaban después constancia de lo vivido en diarios y libros que son leídos con interés y curiosidad por los lectores modernos que no dejan de sorprenderse de la visión y de lo que ocurría en España durante esa época.
Visto como negocio desde hace tiempo, se comprobó la necesidad de hacer publicidad en países extranjeros para que los visitantes no dejaran de fluir. Y de esos materiales para publicitar el país se hace eco una exposición en la Biblioteca Nacional y en el Museo del Romanticismo.
Carteles, libros, fotografías, documentos, hasta cerca de 200 obras que se utilizaron para publicitar nuestro país y sus encantos por todo el mundo. Podemos disfrutar de ella hasta el 18 de mayo.
Así, además de comprobar cómo nos veíamos a nosotros mismo y cuáles eran nuestras cualidades, vemos la faceta artística de la publicidad y la creatividad que dichos documentos aportaban.
La publicidad debía ser impactante y también debía de ser capaz de hacer que el espectador tuviera ganas de conocer nuestro país. Vemos carteles que responden al prototipo de arte vanguardista, otros que son románticos, otros impresionistas. El arte al servicio del turismo y de la publicidad.
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