La lectura de cómic, enfrentada siempre a la lectura de libros, es tomada por muchos por una lectura menor. Se toma por libros hechos para el mero divertimento (como si el divertimento fuera algo malo) y sobre todo hechos con una estructura fácil.
La eterna pelea entre un bueno muy bueno y un malo que hace lo posible ya no sólo por acabar con el malo, sino por dominar el mundo sin más y establecer una dictadura propia, son tomadas como la base de estas historias que todos los lectores de Creatura sabemos desfadas.
Este cierto desprecio que se percibe entre los que leen libros hacia los que leen cómics se hace más patente todavía en las lecturas obligatorias de los colegios. Mucha de esa literatura, aburrida y no muy bien hecha, acaba por aburrir al lector que se acerca por primera y tal vez por última vez a un libro.
Esa lectura se le hace horrenda por dos motivos: la cuestión de la obligatoriedad y por otra parte el aburrimiento que acaba asociando por siempre a la lectura. Para el profesor, hacer interesantes los textos también se convierte en difícil.
Podría esto arreglarse si se introdujesen algunos cómics entre las lecturas obligatorias en la educación. Podría asociarse literatura con diversión. Podría darse a conocer también la parte artística de los cómics. Podría explicarse que el mundo contiene más conocimientos y artes de los que parece.
Pero hay razones que dificultan esto: el precio de los cómics es alto, su distribución difícil, que los alumnos puedan acceder a ello complicado y que sea tomado en serio por los padres y el resto de la comunidad educativa complejo.
Mucho se podría avanzar y ganar por parte de todos: más ventas para autores y editoriales, ganar lectores para el sector editorial general, mejorar la comprensión lectora, comprender las historias secuenciales.
Hay ventajas y desventajas, pero sería una buena opción para alumnos y profesores, sólo hace falta la participación y el empeño de unos cuantos para que, como siempre, pueda avanzarse.
En este sentido, destacar la colección de la editorial Laberinto con varios títulos de cómic por niveles que ayudan a los lectores iniciales a aprender y aficionarse a la lectura.
La eterna pelea entre un bueno muy bueno y un malo que hace lo posible ya no sólo por acabar con el malo, sino por dominar el mundo sin más y establecer una dictadura propia, son tomadas como la base de estas historias que todos los lectores de Creatura sabemos desfadas.
Este cierto desprecio que se percibe entre los que leen libros hacia los que leen cómics se hace más patente todavía en las lecturas obligatorias de los colegios. Mucha de esa literatura, aburrida y no muy bien hecha, acaba por aburrir al lector que se acerca por primera y tal vez por última vez a un libro.
Esa lectura se le hace horrenda por dos motivos: la cuestión de la obligatoriedad y por otra parte el aburrimiento que acaba asociando por siempre a la lectura. Para el profesor, hacer interesantes los textos también se convierte en difícil.
Podría esto arreglarse si se introdujesen algunos cómics entre las lecturas obligatorias en la educación. Podría asociarse literatura con diversión. Podría darse a conocer también la parte artística de los cómics. Podría explicarse que el mundo contiene más conocimientos y artes de los que parece.
Pero hay razones que dificultan esto: el precio de los cómics es alto, su distribución difícil, que los alumnos puedan acceder a ello complicado y que sea tomado en serio por los padres y el resto de la comunidad educativa complejo.
Mucho se podría avanzar y ganar por parte de todos: más ventas para autores y editoriales, ganar lectores para el sector editorial general, mejorar la comprensión lectora, comprender las historias secuenciales.
Hay ventajas y desventajas, pero sería una buena opción para alumnos y profesores, sólo hace falta la participación y el empeño de unos cuantos para que, como siempre, pueda avanzarse.
En este sentido, destacar la colección de la editorial Laberinto con varios títulos de cómic por niveles que ayudan a los lectores iniciales a aprender y aficionarse a la lectura.
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