Publicidad

lunes, abril 07, 2014

EL ESPERABLE SUICIDIO DE KURT COBAIN


El grunge queda ya muy lejos. La estética y el sonido de la música que se generaba en el noroeste de Estados Unidos a mediados de los noventa fue poco a poco desapareciendo. Aunque mucho de lo que fue aquel movimiento permanece en algunos grupos que se podrían denominar modernos. O gafapastas. O hipsters.

Con mezclas de rock, heavy, punk, folk, pop y muchas otras cosas bandas como Nirvana o Pearl Jam construyeron un sonido muy sucio, lleno de rabia que correspondía con el pensamiento de la llamada generación X, a la que todo le daba igual. Una generación de pasotas, de hombres y mujeres que no tenían ni querían un lugar en el mundo.

Esa imagen desesperada y desnortada se percibía en la ropa y en la actitud de los protagonistas. Ropa grande. Vieja. Pelos sucios. Imagen de estar descuidados. Y también cierta actitud de cansancio y depresión que no correspondía con las estrellas de la música de otras épocas que derrochaban energía, pasión y hasta a veces alegría.

Kurt Cobain es la encarnación perfecta de lo que decimos. Un hombre con mucho éxito. Con mucho talento. Que iba construyendo un sonido musical cada vez más complejo. Que hablaba de desesperación, soleda, estupidez, alienación.

Cobain era el héroe no sólo adolescente, sino de un movimiento que derrochaba depresión y aires negativos, que veía sólo el dolor de vivir. Por eso a nadie extrañó que se suicidara, que acabara con su vida. Aunque después se hayan hecho muchas conjeturas. Aunque hay una teoría de la conspiración sobre su muerte.

El suicido de Cobain, como el de cualquier otro héroe romántico, era esperable, porque estaba en el guión de un movimiento que dejó algunas buenas canciones, mucho ruido y una sensación de tristeza de la que aún no se ha librado.


No hay comentarios: