Poeta un tanto olvidado, como ya hemos comentado en este blog en anteriores post, Juan Ramón Jiménez es sin embargo uno de los autores españoles más leídos y sobre todo uno de los más traducidos. Pero por su magnifica obra poética, sino por su novela infantil Platero y yo.
Esa historia de amor entre un niño y un burro, que podría extrapolarse a muchas historias de amor entre personas y animales que se viven día a día en todas partes del mundo, llena las estanterías de muchas bibliotecas escolares y sobre todo es lectura obligada en muchos colegios.
Contado con una prosa llena de poesía, a través de los ojos del niño amigo del burro, la obra pronto se convirtió en un éxito a pesar de no entrar en los planes de Juan Ramón publicarla por separado. Su plan inicial era incluirla en sus obras completas, pero un demora en la traducción de Tagore por parte de Zenobia hizo que Juan Ramón la entregara a un editor para su publicación.
De ahí pasó al éxito inmediato y a ser texto escolar, aunque con los años ha perdido mucha presencia en nuestro sistema escolar, en otros países de habla hispana es obligatorio para los escolares, que siguen encontrando en la historia de amor y amistad entre un niño y un animal un ejemplo de tolerancia, amistad, poesía y buena literatura.
El texto cumple cien años ahora y se organizará mucho ruido en torno a ello, con homenajes, comentarios y ediciones. Esperemos que sirva también para que se lea más.
Esa historia de amor entre un niño y un burro, que podría extrapolarse a muchas historias de amor entre personas y animales que se viven día a día en todas partes del mundo, llena las estanterías de muchas bibliotecas escolares y sobre todo es lectura obligada en muchos colegios.
Contado con una prosa llena de poesía, a través de los ojos del niño amigo del burro, la obra pronto se convirtió en un éxito a pesar de no entrar en los planes de Juan Ramón publicarla por separado. Su plan inicial era incluirla en sus obras completas, pero un demora en la traducción de Tagore por parte de Zenobia hizo que Juan Ramón la entregara a un editor para su publicación.
De ahí pasó al éxito inmediato y a ser texto escolar, aunque con los años ha perdido mucha presencia en nuestro sistema escolar, en otros países de habla hispana es obligatorio para los escolares, que siguen encontrando en la historia de amor y amistad entre un niño y un animal un ejemplo de tolerancia, amistad, poesía y buena literatura.
El texto cumple cien años ahora y se organizará mucho ruido en torno a ello, con homenajes, comentarios y ediciones. Esperemos que sirva también para que se lea más.
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