En la industria del cine, a diferencia de la literatura y de otras artes, los remakes y las actualizaciones son habituales. Películas que triunfaron en su época son vueltas a la pantalla con una versión renovada para que aquellos que no las han visto puedan disfrutarlas o para aportar algo nuevo o distinto a la historia.
En la historia ha habido mucho remakes, últimamente por ejemplo el de Carrie que pronto llegará a nuestros cines. Incluso se han dado casos en los que el mismo director volvía a dirigir la película que ya había dirigido antes. Estos remakes han servido para rivatilizar películas y sobre todo para dar modernidad a algunas películas que se habían quedado viejas.
Estrenada en 1987 y basada en una novela de 1973, La princesa prometida es un clásico de los 80, con sus aventuras, su historia de amor y su historia dentro de la historia. El paso del tiempo no ha mermado en nada su historia y sus diálogos, pero sin embargo, es una película que técnicamente se ha quedado muy antigua.
Su imagen tiene ya una calidad muy mermada, con un cierto tono pálido en sus imágenes. El paso del tiempo parece haber afectado a sus negativos, porque la copia que se ve en nuestra televisiones presenta cierto aire neblinoso.
Además, sus efectos especiales y visuales se han quedado muy viejos y parecen casi de película de broma. Las ratas gigantes del pantano son el mayor ejemplo de ello. Vistas hoy en día parecen peluches amorosos que se agarran con fuerza al protagonista.
La historia, sin embargo, sigue fresca. Los diálogos y las frases típicas conservan su poder de atracción: «Hola me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre prepárate a morir» o «Cómo desees» son frases que se han quedado grabadas en la memoria colectiva de todos los que vieron la película siendo jóvenes.
Pero sus imágenes son viejas, muy viejas. Convendría un remake o una revisión de la película, manteniendo sus palabras, su guión, su historia tan atrayante y cambiar sus imágenes, renovarlas, actualizarlas y hacer así que la película se renueve y sea aún más atractiva.
En la historia ha habido mucho remakes, últimamente por ejemplo el de Carrie que pronto llegará a nuestros cines. Incluso se han dado casos en los que el mismo director volvía a dirigir la película que ya había dirigido antes. Estos remakes han servido para rivatilizar películas y sobre todo para dar modernidad a algunas películas que se habían quedado viejas.
Estrenada en 1987 y basada en una novela de 1973, La princesa prometida es un clásico de los 80, con sus aventuras, su historia de amor y su historia dentro de la historia. El paso del tiempo no ha mermado en nada su historia y sus diálogos, pero sin embargo, es una película que técnicamente se ha quedado muy antigua.
Su imagen tiene ya una calidad muy mermada, con un cierto tono pálido en sus imágenes. El paso del tiempo parece haber afectado a sus negativos, porque la copia que se ve en nuestra televisiones presenta cierto aire neblinoso.
Además, sus efectos especiales y visuales se han quedado muy viejos y parecen casi de película de broma. Las ratas gigantes del pantano son el mayor ejemplo de ello. Vistas hoy en día parecen peluches amorosos que se agarran con fuerza al protagonista.
La historia, sin embargo, sigue fresca. Los diálogos y las frases típicas conservan su poder de atracción: «Hola me llamo Íñigo Montoya, tú mataste a mi padre prepárate a morir» o «Cómo desees» son frases que se han quedado grabadas en la memoria colectiva de todos los que vieron la película siendo jóvenes.
Pero sus imágenes son viejas, muy viejas. Convendría un remake o una revisión de la película, manteniendo sus palabras, su guión, su historia tan atrayante y cambiar sus imágenes, renovarlas, actualizarlas y hacer así que la película se renueve y sea aún más atractiva.
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