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lunes, julio 29, 2013

EL ATRACTIVO DE LOS MALVADOS

La capacidad humana para el bien y para el mal parece infinita. Los hombres son capaces de realizar las hazañas más increíbles por el bien de los demás. Altruismo y entrega a los demás, para hacer que el mundo sea mejor, mucho mejor de lo que es y que quienes lo habitan estén mejor en él.

Pero el mal ejerce sobre nosotros un efecto hipnotizador. Y muchos han tratado de analizar un comportamiento tan llamativo y contrario a todas las leyes humanas y morales como es el del mal. Para ello se han creado ficciones sobre los malvados, sobre el mal y por qué se comporta como tal, y cómo consiguen hacer el mal sin que nada en su cabeza obstaculice su comportamiento.

Dexter es un ejemplo del mal que atrae. El personaje es un malo en potencia. El malvado por antonomasia que mata sin sentimiento y que sin ese sentimiento se deshumaniza y realiza los más malvados actos. Pero Dexter tiene trampa. Su comportamiento natural ha sido modificado por su padre. Y de un malvado surge un héroe. Cumple con su función de matar. Pero sólo mata a malvados. Sigue un código. No moral, sino un código que su padre le impuso.

Hannibal Lecter es otro gran ejemplo de malvado que atrae. Su historia ha dado lugar a varias novelas, varias películas e incluso una serie de televisión. Él no tiene un código que le lleve a actuar contra los malvados. Él sólo cumple con su deseo. Con su sed de matar y cumplir con su ritual. Y su deseo le lleva al mal. De ahí que a su alrededor se cree un aura de contra heroísmo. Un personaje que muestra todas las características que no queremos en un protagonista. Pero un personaje del que nos atrae su forma de actuar. Sus acciones. Que queremos, en el fondo, que huya, que escape, que consiga su propósito. Que siga siendo malvado.

El Joker de Batman es otro ejemplo de malvado que actúa sin más, sin otra motivación que crear el mal, la confusión, el caos, que destruir la sociedad que se desarrolla de una manera ordenada. Para ello incumple las normas, asesina, roba, extorsiona. Y acaba por ser un personaje tan atractivo que muchos ven en El caballero oscuro no la epopeya de Batman, sino la del Jocker, la historia de ese ser ansioso de maldad que incumple todas las normas sociales y morales para destruir la sociedad. Para destruir sin más. Batman, en el otro lado, sólo intenta mantener la sociedad, que siga en pie y que siga siendo como debe ser. Pero para ello debe comportarse como un malvado. De ahí sus dudas. De ahí la complejidad de ese otro personaje: el héroe.  





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