Publicidad

miércoles, julio 03, 2013

CAMINOS DE LA POESÍA

Jaime Sabines poeta mexicano, dijo que hay dos tipos de poetas, los que tropiezan con una piedra y pueden dedicarle a la piedra un soneto de altisonantes metáforas, y los que tropiezan con la piedra y la insultan.

Tras la explosión de las vanguardias, y sin olvidar el paso de una guerra mundial y una guerra civil en el caso de España, las vanguardias se agotaron. Sus ideas creativas, nacidas en torno a la exaltación de la forma para llegar a un significado, su reivindicación de otras conexiones entre lenguaje y palabra, entre significado y texto, se acabaron por la necesidad de ser entendidos.

En España la guerra civil compromete a los poetas a decir cosas que se entiendan. César Vallejo, Miguel Hernández, Pablo Neruda y muchos otros escriben poemas con tono antirretórico, que se acercan a la palabra cotidiana. Poemas que son para explicar lo que sucede. Y para eso es necesario ser entendido.

Tras las guerras que dominaron la primera parte del siglo XX, es necesario que los poetas sean entendidos y las generaciones de poetas van acercándose al lenguaje cotidiano. En España triunfan los poetas de la experiencia personal y antes poetas como Blas de Otero o Luis Rosales, en ramas distintas de la política y la poesía, pero con un lenguaje mucho más cercano de lo que podría parecer.

Se acaba la experimentación y los poetas buscan lectores. Necesitan palabras que expliquen claramente lo que tienen que decir. La poesía se vuelve al significado dejando la abstracción. Se vuelve todo a lo concreto, a lo necesario, a lo preciso. La palabra vuelve a ser preocupación, pero para que diga con exactitud lo que se necesita.

La vanguardia se agota en sí misma y queda como un impresionante monumento a la creatividad y el genio de que es capaz el ser humano. Como esa piedra de la que hablaba Sabines la poesía se concreta y todos los que tropiezan con ella la insultan. Los lectores ganamos en significado, pero perdemos en capacidad expresiva.  



No hay comentarios: