Llegan a mi casa un montón de promesas. Pero como todos sabemos, desde hace unos cuantos años, son promesas que no valen nada. Prometo no llamarte más y no engañar ni mentir. Pero siempre mienten. Las promesas mienten. Mienten cuando te dicen que te querrán para siempre. Mienten cuando te dicen que no te defraudarán.
Yo prometería que intentaré no defraudarte. Intentaré quererte todo el tiempo que pueda. Pero no puedo mantener mis promesas. Así que imagínate unos mentirosos profesionales. Imagínate los que te piden su confianza. Tu dinero. La capacidad de decidir por ti. En cosas que te afectan a ti.
Así que te prometen muchas cosas. Que son mentira. Te prometen lo que quieres oír. Pero luego no admiten su error. No se van. Y entre ellos hay que elegir. Porque no hay más. Unos te dan cien patadas. Otros mil. Otras noventa y nueve. Decide cómo quieras.
De este sí me fío
No hay comentarios:
Publicar un comentario