Los teóricos de eso que se conoce como teoría del caos estarán muy contentos. La erupción de un volcán en Islandia hace que un tipo de Malasia no pueda llegar a Londres. En realidad creo que todo esto es una chufa. Que no tiene nada que ver. ¿Cómo de espesa es esa nube de polvo que sale del volcán? ¿Más que la niebla que hay en la carretera de Toledo en Noviembre? ¿Más que las nubes? ¿Cuántos posibles obstáculos hay en el cielo para que se tema la no visibilidad y se piense que se va a chocar contra ellos?
La teoría de que la nube de polvo entra en los motores y los corroe o no los deja funcionar adecuadamente también parece tener fisuras. ¿Cuántos todoterreno se meten por el barro? ¿Cuándo se ha parado un Land Rover por un poco de tierra o polvo? ¿Un avión que tiene mucha más tecnología (radares, comunicaciones, telemetrías) va a tener más problemas para circular que un Land Rover?
Parece que nuestra vida pende de un hilo, de una gilipollez. Que un volcán erupciona en un lugar del mundo que no podemos señalar hace que no podamos ir de vacaciones. Es un cachondeo. Y dan ganas de empezar a creer en teorías conspirativas, que son mucho más entretenidas que las teorías del caos. O las cosas del Kun.
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