Así que ella se quedó con la gente. Creo que ella los necesitaba más. Eran más amigos suyos. Incluso los que eran amigos míos. A ella le hacía falta estar con gente. Todo el tiempo. Le gustaba la compañía. Se extrañaba cuando yo me quedaba solo en casa, sin nada que hacer, sólo sentado mirando la tele, o haciendo como que leía. Me gustaba dar una vuelta solo por ahí y no encontrarme con nadie. Pero a ella le hacía falta la gente. Por eso ella se los quedó. Porque cuando estaba triste necesitaba más a la gente. Cuando le iba mal. Yo los buscaba cuando estaba contento. Para compartir la alegría. Nadie tenía que decirme nada cuando estaba triste. Yo ya sabía que pasaría. Que todo tiene remedio. Y que si no lo tiene no es necesario preocuparse. Así que cuando todo acabó ella estaba rodeada de gente. De la gente que tenía que estar. De la gente que ella precisaba. Yo estaba solo. Tal y como debía.
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