En busca de inspiración me fui a un bar. No es una novedad, lo sé. Pero fui solo. No me gusta ir solo a los bares. Hay sitios a los que hay que ir con alguien. El cine. Los prostíbulos. Si vas solo pareces un degenerado. En compañía hay una excusa. Por eso a veces llego tarde. Para no tener que esperar solo en un bar.
Hay quien dice que es mejor ir solo porque así conocerás gente. Pero eso también es un problema. Conocer gente. Y más en un bar. La gente que conozcas en un bar será esa gente a la que le guste ir a los bares. O lo que es peor. Gente que es como tú. Yo no quiero conocer gente como yo.
En el bar encontré la inspiración. Y una señorita muy simpática. Que estaba con un caballero que no era nada simpático. Pero que tenía mucho dinero. Cosa que ya todos sabíamos. Si tienes pasta follas a manta. Por el poder. Y por un precio. Pero quién no folla por un precio. Una copa. Una cena. La gasolina. El condón. No sé. Seguro que se me olvidan cosas.
Así que me inspiré e hice el blues donde se moja con luces rojas. Porque las putas son putas, pero honradas. Y hacen lo que hacen por dinero. Es decir que lo admiten. Y alguna se merece el cielo. Porque tiene tanto que aguantar. Para que luego se quejen impúdicamente otros trabajadores.
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