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domingo, mayo 08, 2011

DESPUÉS

Después la vida se volvió extraña. Era como si tuviera dos velocidades. Pero sólo dos. Iba muy lenta. O muy rápida. Todo pasaba a una velocidad enorme. Como en una carretera en la que se circulara a mucha velocidad. O muy lenta. Como si cada segundo se quedara enganchado y fuera posible medirlo y recordarlo. Así sucedió que pasó mucha gente en poco tiempo. Mujeres absurdas. Porque yo me volví un hombre absurdo. Y pasé muchos ratos solo. Tumbado en la cama. Mirando puntos imprecisos de la realidad. En el techo. En la pared. En mis manos. Tengo recuerdos confusos de muchas cosas. Y recuerdos claros y precisos de momentos tontos pasados mirando mis manos. Supongo que es lo normal después de algo así. Aunque todo el resto de mi vida es después de aquello. En algún momento paró y las velocidades se volvieron normales. Pero eso fue después de después. O tal vez ahora.



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