El otro hombre, el de ahora, no se parece a mí. O eso quiero creer. Tal vez eso me consuele. A buscado algo distinto. Osea que no era tanto yo, como la clase de hombre en la que me estaba convirtiendo. O la clase de hombre que era. Pienso a veces que tal vez fue un detalle de esos que se va haciendo grande. Una cuestión mínima la que se le hizo insoportable. Pero lo que más pienso es que un día volverá conmigo. Sé que es un pensamiento absurdo. Y sé que es un pensamiento común. Mucha gente me ha dicho que lo tiene. Así que me tranquilizo diciéndome que soy un hombre normal. Todo tiene que ver con la felicidad. Con el deseo de repetir la felicidad que me hizo sentir ella. Eso no volverá. Yo no volveré a ese momento. Pese a ser el mismo hombre que era entonces. Y ella ser la misma mujer. Ahora simplemente me toca vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario