Como hace mucho calor, me fui de casa a dar una vuelta. Craso error, porque en la calle está el sol y el sol da calor. Por la noche no había podido dormir, por todo el calor que hacía y pensando en cómo serían los próximos tiempos.
En la calle la gente estaba bastante parecida a como solía ser. Caminaba, compraba el pan, tiraba papeles al suelo. Vamos lo normal. Nada cambia de repente. Supongo. Porque yo cuando cambio es a lo bruto. Así me pasó cuando se me quedó el pelo blanco. Fue en dos segundos. Tiene que ver con mi mujer y un animal. De granja. Pero no lo voy a contar.
La cuestión era que la calle estaba bastante bien. No había alegrías grandes. Ni penas grandes. Y yo no sabía por qué yo sí que estaba triste. Supongo que al resto no le importa nada lo del Depor.
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