Le gusta disfrutar de las cosas con los ojos cerrados. Nunca ha dado un beso con los ojos abiertos. A veces lo ha pensado, pero cree que no verá más que unos ojos cerrados muy cerca de él. Cuando la música le gusta de verdad cierra los ojos, y escucha, y a veces hasta memoriza. Y a veces, cuando le hablan, si lo que dicen le gusta mucho cierra los ojos. Así aprendió a seguir los pasos de su mujer con los ojos cerrados. A seguir el sonido de sus tacones que tanto le gustaba. Piensa a veces en su desprecio de la vista. Cuando ve un partido en televisión. Sabe que es en gran parte sus ojos. Pero sabe que su disfrute está en la oscuridad. En los sonidos. En los pasos. En los besos a oscuras.
1 comentario:
Bonito. La oscuridad y el silencio son bellos. Deberían potenciarse más.
Me gusta tu blog, te sigo ;-)
Saludos!
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