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sábado, noviembre 27, 2010

UNO

Su mujer suena de una manera distinta en la calle. El ruido de sus tacones sería capaz de distinguirlo entre cualquier otro, porque tiene una cualidad distinta, porque ha vivido mucho él. Lo reconoce además por lo que ese ruido provoca en él. A veces juega a perderse y a seguirla sólo con el ruido de sus pasos. Juega a perseguirla sin verla. No necesita de nada para seguir el ruido de sus pasos, el ruido excitante de sus tacones. Por eso nunca se pierde, por eso, aunque escuche todos los pasos, sabe cuáles son los que tienen que seguir, cuales son los suyos. El ruido de ella es también distinto.



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