La búsqueda del Santo Grial es una de las mayores historias de aventuras de la ficción. Muchos libros de caballeros y otras ficciones más o menos modernas han basado sus narraciones en la búsqueda de unos héroes de este cáliz en el que Jesús hizo la primera eucaristía.
Lanzarote, el Rey Arturo o el mismo Indiana Jones han buscado y según las ficciones encontrado el grial. Pero actualmente sigue sin saberse si existe, si se conserva, si desapareció o si en alguna parte se guarda.
El grial es tomado como un símbolo de lo imposible, de la búsqueda de la aventura y de lo que está por encima de las posibilidades de lo humano. Es una quimera para los hombres, que pese a ello se dejan la vida intentando encontrarlo.
Muchas iglesias presumen de tener este grial, de conservar el cáliz original, en el que el mismo Jesús consagró el vino por primera vez durante su última cena. Y sirve de reclamo para que muchas iglesias y ciudades reciban visitas de fieles que quieren observar ese posible Santo Grial.
La última noticia que se tiene al respecto es que se encuentra en la basílica de San Isidoro en León. Pero no es necesario que ese cáliz se encuentre allí para visitar ese templo. Considerada como la Capilla Sixtina del románico, esta basílica cuenta con unos impresionantes frescos de ese período artístico.
Además de eso cuenta con un Museo con una colección de numerosas piezas artísticas destacables, como ese cáliz del que hablábamos antes, o de documentos importantes sobre el parlamentarismo y las cortes.
La aventura de buscar el Santo Grial acababa siendo más importante que la de encontrarlo y la de visitar ese posible Grial leonés es igual, conocer el lugar en el que se encuentra es casi tan importante como saber si ese es o no el original.
Lanzarote, el Rey Arturo o el mismo Indiana Jones han buscado y según las ficciones encontrado el grial. Pero actualmente sigue sin saberse si existe, si se conserva, si desapareció o si en alguna parte se guarda.
El grial es tomado como un símbolo de lo imposible, de la búsqueda de la aventura y de lo que está por encima de las posibilidades de lo humano. Es una quimera para los hombres, que pese a ello se dejan la vida intentando encontrarlo.
Muchas iglesias presumen de tener este grial, de conservar el cáliz original, en el que el mismo Jesús consagró el vino por primera vez durante su última cena. Y sirve de reclamo para que muchas iglesias y ciudades reciban visitas de fieles que quieren observar ese posible Santo Grial.
La última noticia que se tiene al respecto es que se encuentra en la basílica de San Isidoro en León. Pero no es necesario que ese cáliz se encuentre allí para visitar ese templo. Considerada como la Capilla Sixtina del románico, esta basílica cuenta con unos impresionantes frescos de ese período artístico.
Además de eso cuenta con un Museo con una colección de numerosas piezas artísticas destacables, como ese cáliz del que hablábamos antes, o de documentos importantes sobre el parlamentarismo y las cortes.
La aventura de buscar el Santo Grial acababa siendo más importante que la de encontrarlo y la de visitar ese posible Grial leonés es igual, conocer el lugar en el que se encuentra es casi tan importante como saber si ese es o no el original.
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