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domingo, febrero 03, 2013

UN CONCIERTO DE DRY MARTINA

Un concierto de Dry Martina tiene muchos alicientes y muchas cosas por ver, disfrutar y sobre todo escuchar.

En un concierto de Dry Martina lo primero en lo que te fijas es en el más difícil todavía del trombón. Porque no es sólo el trombón, es la guitarra, ocho tipos distintos de percusiones, los pedales, bailar. Hay que ser muy multitarea para llegar a todo.

En un concierto de Dry Martina hay dos versiones de Louis Prima. Enormes. Geniales. Casi es como estar con Prima y Sam Buttera en un club americano en los 50.

Lo mejor de un concierto de Dry Martina es el sonido. Mucho mejor de lo que se podría esperar en esa sala. Mucho mejor que casi ningún grupo en directo. Y además suenan con la voz de Laura, que es maravillosa.

Como son conciertos en salas pequeñas dan para todo. Para hablar después con los músicos. Para que te firmen el disco. Para comprobar que tienen acento malagueño al hablar pero no al cantar. Para comprar sus discos. Para ver lo difícil que es sacar un contrabajo de un discoteca un viernes por la noche.

Un concierto de Dry Martina da para bailar mucho. Y para ver cómo bailan los demás. Y como se lesionan las partes íntimas con golpes de cabeza.

En un concierto de Dry Martina puedes escuchar Amapolas, que no está en el disco pero es un temazo.

Y sobre todo un concierto de Dry Martina da para pasar un fin de semana divertido, porque se te quedan cosas grabadas que luego cuentas y comentas y te miran con envidia y te duran varios días. Y luego sólo puedes pensar en volver en cuanto puedas.

Así que yo que vosotros no me perdería sus conciertos y en cuanto estuvieran cerca, correría a verlos.




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