Esta noche se entregan los Óscar, en una ceremonia seguida por todo el mundo. Se supone que los Óscar premian a las mejores películas o a las películas que mejor han hecho algo en un año. Pero no siempre parece que sea así.
Siempre ha habido discusiones, poner de acuerdo a varias personas sobre si algo es mejor que otra cosa es difícil. Es más fácil discutir sobre ello que llegar a un acuerdo. Por eso se han cometido grandes aciertos, pero también grandes errores.
Por eso los premios deberían tener mucha menos importancia. ¿Qué importa si le dan o no un Óscar a una película si esta cumple su función de divertir o entretener o emocionar? Qué importan los premios si al fin y al cabo lo que importa realmente es que haya llegado a ser lo que se pensó que debería ser, una historia contada de tal manera que consigue conectar con los espectadores. Es una definición pobre, pero nos valdrá.
Qué importa pues que películas como Drive o como Arsénico por compasión no tengan un Óscar. Clásicos de todos los géneros se han quedado sin estatuillas y son películas que no pueden no existir, que son necesarias: Indiana Jones y el Templo Maldito, El Mejor, Centauros del Desierto, Sopa de Ganso o Quo Vadis no dejan de ser buenas por no tener esos premios.
Las películas son buenas o malas, los premios, casi siempre, superfluos. Así que, qué le den a los Óscar, que además se celebran con una ceremonia muy aburrida.
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