Supongo que puedo hacerte volar.
Cogerte de la cintura y que vestido blanco (ese que yo te he visto
una vez mientras soñaba y que tú te has puesto al menos otra, pero
que yo he visto sólo en fotos) parezca un pañuelo en una despedida.
Sonríes porque estás conmigo. Te he hecho sonreír. No lo niegues.
Sonríes y ríes. Y lo hago yo. Sé que no tiene mucho mérito. Pero
a mí me gusta. Si soy el hombre que te hace reír siempre tal vez me
necesites un día. Te puedo hacer volar de muchas formas. Más de las
que yo mismo sé ahora. Déjame pensarlas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario