Estos últimos días he llevado vida de
rata. No he salido de casa más que lo necesario, que ha sido renovar
mis cervezas. Aproveché y tiré las vacías. Y las reciclé. En todo
este tiempo he estado viendo la tele. ¿Por qué? ¿Ponían algo
interesante? No, ese no ha sido el caso. Pero he pillado una serie
que me ha vuelto loco y que no he podido dejar.
Trata de un médico que es policía
también y que por las tardes trabaja en un instituto. Además tiene
una vida sexual de lo más concurrida. Y unas frases fabulosas. Yo
quiero hablar como él, pero no me sale.
A estado toda la temporada intentado
resolver un caso dificilísimo en el que un asesino no mataba a
nadie, pero demostraba que podía haberlo hecho. Pero como los
asesinados eran buena gente no los mató. Al final ha resultado que
el asesino era el protagonista, pero como no los mató ni los hizo
daño no le han condenado, sino que le han dado una especie de
medalla.
Además, en el instituto atendió el
parto de una alumna y llevó a abortar a tres profesoras (embarazadas
de alumnos, conserjes y otros profesores). Como médico consiguió
que no muriera ninguno de sus pacientes y conocer a tres enfermeras
tremendas. Y ha tenido tiempo de sacarse la carrera de abogado así
que la próxima temporada va ser la leche. Aprovecharé para salir
ahora de casa, porque cuando empiece no volveré a salir.
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