Uno de sus pacientes preocupa a la terapeuta. Es un tipo al que ve hace mucho tiempo. Pero últimamente ha caido en una espiral peligrosa. Por lo visto el hombre cree que le persiguen todo el rato. Es una sensación incómoda. Aunque también reconfortante. Nunca se siente solo. Yo a veces, cuando voy por la calle, pienso, ahora como me cojan me dan una paliza. Pero si siempre te persigue alguien nunca estás solo y alguien te podrá ayudar.
Se ve que él no tiene esa sensación de apoyo. Piensa que le persiguen y además piensa que todo el mundo está contra él. Piensa que sus amigos, su mujer, su equipo de fútbol, todo va contra él y contra su felicidad. Siempre se queja de ello.
Además es muy quejica y a todo el mundo se lo cuenta. Eso sí, consigue que la gente le oiga. Pero no dejan de se lloriqueos. Eso molesta mucho a la terapeuta que ha estado a punto de mandarle a Cuenca. Pero es una profesional. Así que ahí está, con su perseguido. Está pensando cosas para ayudarle. Como decirle que el mundo también está contra ella. Claro que así peude que piense que es una conspiración contra los dos. O demostrarle que a todo el mundo le pasan esas cosas, que esas cosas a veces le favorecen también a él.
Parece que nada funciona. Que el mundo siempre estará con él. Será un mártir.
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