Suda la ciudad el calor atrasado. Se va cobrando los retrasos que el sol le debía. Suda la ciudad en su tristeza. Todo parece mejor, más luminoso, pero no es así. La ciudad se enfurece y se persigue. Ataca a sus criaturas. Suda la ciudad y se desnuda y la piel brilla y los ojos brillantes de la ciudad salen de los callejones.
A nadie se le ocurre nada que decir. Las alcantarillas están llenas de sudor y de sangre. El sexo y la violencia. El falso amor se reinventa. Las niñas lo creen. Los hombres lo creen. Las mujeres mayores y divorciadas lo creen. Pero no hay verdad en el amor. No hay verdad en ningún sitio.
Camino por la ciudad calurosa y yo también sudo. Exhalo mentira. Exhalo dolor y angustia. La ciudad calurosa no me conoce. Nadie sabe quien soy. Y eso me parece una ventaja. La ciudad se queja de sí misma porque no sabe que lo principal está ahí fuera. En las calles, en las noches oscuras, en el brillo de las pieles.
Suda la ciudad el calor atrasado. Camino por su piel brillante y sueño con la tuya. No recuerdo tu cara. A ratos no te echo de menos. Me miento demasiado. No creo que hayas existido.
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