La lejanía es una cuestión difícil. Recuerdo que tú me decías que a veces te ibas lejos sin moverte. Que no estabas a mi lado. Claro que en esos momentos yo te daba un golpecito, a veces más fuerte de lo necesario, para quitarte la razón. Cuando realmente nos separábamos y estábamos lejos las cosas se volvían raras. No sentir tus pasos por la casa ni decirte lo que iba a hacer, si iba a salir ahora o más tarde, no era sencillo. Caminaba por la casa hasta que me daba cuenta de que no estabas y de que no tenía que decirte que me iba. Ahora, a veces, me pasa lo mismo. Aunque no sabría decir si estás o no lejos.
1 comentario:
La intangibilidad de la lejanía, touché.
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