Tiene la terapeuta un cliente desde hace muchos años. Ambos están muy contentos el uno con el otro. Uno porque mejora y la otra porque paga. Ha tenido varios problemas, varias enfermedades que ha ido superando poco a poco y con esfuerzo. Es verdad que muchas han sido muy episódicas, como cuando estaba convencido de ser sacerdote. Esto se le pasó en cuanto vio a tres mujeres desnudas. No sé por qué tres y no una, pero así fue.
El caso es que este hombre tiene ahora muy mal humor. La terapeuta le dice que será el tiempo o que estará pasando alguna cosa, que estar enfadado es normal y que poco a poco se le pasará, pero él no está convencido. Él mientras ha mordido a un perro y a dos señoras. Sin relación ninguna entre ellos.
La cuestión es no saber por qué. Porque se está enfadado. Aún así la terapeuta le dice que pronto pasará. Que se centre en las cosas que le gustan. Pero aún así el mal humor no pasa. Le ha pegado una patada a un policía. Sólo porque iba masticando chicle. Que es una costumbre muy fea, pero no para tanto. Tienen mucho trabajo. Están los dos muy contentos por el trabajo que tienen que hacer.
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