Después de mucho tiempo salí a dar un paseo por la calle. El sol había vuelto tras unos días y a pesar del viento que molestaba tanto no quise quedarme quieto por una vez, así que mis píes casi me condujeron solos. Paseaba sin rumbo y sin encontrarme a nadie. Varios días sin ver a la gente no hacen que la eches de menos. Se te hace raro cuando la ves. El placer de caminar hacia lo deshabitado me iba invadiendo poco a poco. Nada pasaba por mi cabeza. Nada. Nada de nada. Eso llevaba haciendo varios días y eso quería seguir haciendo.
Nada. Caminar sin rumbo. Sin motivo. Sin razón. Por nada. Hacer las cosas sin motivo. Amar sin motivo. Sonreír sin motivo. Eso estaba haciendo. Sonreír por nada. Pasó tanto tiempo que no me dí cuenta. Llegué al parque que estaba solo. Nada. Nadie.
Descubriendo este mundo vacío sonreía a cada paso. Pensé en mi mujer. Me dio igual. Pensé en la vecina. Me fastidió un poco ¿y si la gente es necesaria? También lo es la nada. Y hoy toca nada. Así que me quedé sentado en la nada hasta que me dieron ganas de hacer algo. Pero pocas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario