Demasiado pronto. Despierto. Demasiado
pronto. Ojos cerrados. Tumbado de lado. Como si estuviera realmente
dormido. Pero lo que hago es pensar en ti. Hablar de ti con una mujer
que no eres tú. Hablar mal de ti. Porque ya he hablado demasiado
bien de ti. Y ha llegado la hora de dejar de hacerlo. Ha llegado la
hora de despertar. Pero es demasiado pronto en la mañana. Y luego,
mucho más tarde, cuando ya he podido pensar, cuando ya he desayunado
y he paseado y he escuchado, sé que no. Que aún queda mucho tiempo.
Que esto no se ha acabado. No hasta que yo deje que pase. Y hoy no
voy a dejarlo.
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