Como estamos en verano y al borde de agosto, nadie hace caso de nadie, ni de nada. Todo el mundo está pensando en dónde se va a ir, en lo bien que se lo van a pasar, en todo lo que van a salir, ver, comer, probar o amar. Estas son las cosas que tienen estos días previos al verano.
Todo el mundo está así menos yo, que no me voy a ningún sitio. No tengo esa tensión ni esa expectación del qué pasará. Y puedo ver el mundo de una manera distinta. También es verdad que pasa un poco como con los machos omega en la antigüedad. Alguna gente se queda en la ciudad y la necesidad los acerca a mí.
Eso pasa sobre todo con las chicas. Algunas que no se me acercarían ni en broma, viendo que no hay nada mejor, o nada más, se me están acercando estos días. Yo aprovecho para tirarme el rollo y sobre todo para mojar. Esa es la razón por la que no me voy en verano. Aunque hay veranos y veranos. Claro.
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