Como hace mucho calor para pensar me fui a la pisicna, que es el lugar ideal para no pensar, porque, si piensas, ¿te metes en ese agua en el que se ha metido todo el mundo? Es más, ¿pisas el borde de la piscina que no se sabe qué tiene ni quién ha pisado antes? Total, que no quería pensar, así que no pensé y me fui para allá.
La piscina estaba llena de cretinos, que no es una novedad, sobre todo cuando estaba yo allí, el mayor de todos. Me costó entender que ya nadie juegue a las cartas en la piscina. Yo buscaba alguien con quien jugar al mus, pero no lo encontré.
En cambio había multitud de chiquillos tratando de meter mano a chiquillas, lo que me pareció una buena cosa, ya que antes no nos dejaban ni siquiera intentarlo. Es bonito que los tiempos evolucionen.
Lo que no me gustó nada es que hubiera señoras mayores en bikini. Eso me hizo despertar de mi trance no pensador y me largué corriendo. Una cosa es una cosa y una cosa que se cae no hay quien la levante.
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