Estuve bien. Es verdad. Es decir, dentro de lo que cabe. Estaba sin ella que era lo principal. Lo más constante en mi vida. Tal vez lo más importante. Y ya no lo tenía. Así que estaba raro. Con los horarios perdidos, con los lugares perdidos, sin saber qué hacer, dónde ir. Trataba de no coincidir con ella. De no verla. Aunque realmente tenía muchas ganas de verla. Eso siempre me pasaba cuando nos enfadábamos. Y ahora era lo mismo.
No sé qué le pasaría a ella. Supongo que también sufrió algo similar. Pero no hemos hablado. Estuve bien. Es cierto. Qué más puedo decir. Estaba solo. Y no me molestaba. Podía hacer con mi tiempo lo que quería. Excepto llamarla. Los primeros días fueron agobiantes. Por las preguntas. Porque todo el mundo preguntaba. Por la cara de pena. Tal vez por eso quería estar solo. Por no aguantar las caras de los demás. La sensación de pena. La sensación de que no estaba tan triste como debería haberlo estado. Y aún creo que no lo estaba. No tanto como ella merecía.
No hay comentarios:
Publicar un comentario