Aquel día, con él tan cerca de mí, me di cuenta de que si él era hoy yo, también lo sería en el futuro. Es decir, que él vivía ahora lo que yo viví entonces. Él como yo le besaba en los labios. Él como yo la abrazaba por las noches. Es cierto que lo haría de otra manera. Pero era él quien lo hacía. Más tarde, cuando el tiempo pasase, él también sería yo. También él estaría sin ella. También él la echaría de menos y querría volver a verla. Sería otra vez yo. Por eso me sentí cercano a él. Tentado a ir y darle la mano. A decirle, ahora no, pero en el futuro podremos ser amigos. Aunque no quiera saber muchas cosas. Aunque no nos las podamos contar. Tú y yo seremos la misma persona. Sólo que en tiempos distintos. Lo que no podía encontrar era el punto de unión entre ambos. No podía encontrar en qué nos parecíamos para que ella nos hubiera elegido.
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