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miércoles, febrero 23, 2011

23 DE FEBRERO

Huye el amor de la ciudad ardiente. Los primeros calores hacen sudar a las gentes puestas al sol con avidez por si se acaba, por si no vuelve. Y con el calor las gentes se vuelven duras, crudas, ávidas de pieles doradas y suaves.

Se anuda la vida en las pieles al aire. Todo brilla bajo el sol con la falsedad de una película de los cincuenta. Todo es un decorado. Todo es falso. Los besos de mentira. Las miradas escurren el sudor de las pieles. Arden al son de la temperatura ambiente. No hay cuerpo que no sea valorado al pasar por la calle.

Las gafas de sol tapan las caras de las mujeres de las que sólo se pueden reconocer las partes del cuerpo. Los bultos. Todo es lujuria y miradas. Todo es deseo e insatisfacción. Provocan deseo. Desean provocar deseo. Se sientes deseadas y deseantes y caminan por la calles buscando algo que llaman amor, pero que todos sabemos que no tiene que ver con el amor.

La ciudad suda y con ella todos. Y se forman los ríos de lujuria. De pecado. De perdición. Los ríos de mentira y falsedad. De dinero y amor falso.

Huye el amor de la ciudad ardiente. Sé que camino para buscarte. Pero no sé si ya ha pasado por esta calle.



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