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martes, octubre 19, 2010

VIDA

La cuestión es que yo veía brillar el sol y oía sonar mi teléfono, pero cogía mi guitarra y hala, me ponía a tocar un rato. Luego cuando me cansaba me ponía a ver un poco de porno en el ordenador. Luego entraba en un chat, me ponía la tele. Todo muy limpio, todo ordenado. No cogía el correo. Todo lo quería al hotmail.

El fútbol lo ponen en la tele. Mis amigos ahora eran esteban27, cuauca, madrigata y tenía un rollete por cam, que está bien, muy bien. Le gustaba lamer partes de mi cuerpo, o eso me decía por el micrófono.

Pero en esto llegó la terapeuta, me miró a la cara y me dijo, tenemos que hablar. Yo le dije, bien, mándame un mail. Pero no, me llevó al sillón casi a rastras y me hizo mirarla a los ojos. Tú dirás, le dije, y ella me dio una bofetada, ahora te vistes y nos vamos a la calle.

Vale, le dije. Y estuvimos toda la tarde dando vueltas por ahí, sintiendo el aire fresquito de finales de octubre, el sol, el rato que lo hubo,y la gente que pasa. Cuando llegué a casa dormí como un niño, al día siguiente salí a por el pan y me tomé un café en el bar de la esquina.

He vuelto.


Lo voy a apagar

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