Juliana estuvo en la cárcel acusada de dar un tirón. En realidad no robó ningún bolso, le dio un tirón a un cliente que no quiso pagarla. Un fin de semana allí me parece poco para ese crimen. Aún cierro las piernas cuando lo pienso. Al decírselo a Sol y Luna estas le han dicho que sí, que encantadas la recibirán en su casa.
Así que ahora trabajan las tres juntas en su piso. Por allí pasa mucha gente, productores musicales, traficantes de droga, escritores, profesores, parados, jubilados, empleados de telefónica... la creme de la creme de la sociedad.
Por lo visto Juliana está teniendo mucho éxito. Y los gritos de satisfacción se oyen hasta en mi casa. Yo miro a la terapeuta cuando eso pasa y nos reímos. A veces ella quiere saber quién es el que está gritando de esa manera pero no la dejo que mire quién sale o quién entra.
El piso está muy concurrido, por las escaleras te puedes encontrar a cualquiera, que disimuladamente mira para el otro lado. Justamente el otro día me encontré con
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