No lo había pensando nunca. Nunca había pensando en cómo será la forma o el color o el grosor de tus pezones. He mirado mil veces tus senos esperando encontrarme con ellos, me asomo al balcón en que se colocan, he tratado de verlos, de intuirlos tras tu ropa interior. Me ha sorprendido su presencia marcada en tus camisetas. Pero nunca había pesado realmente en ellos, en cómo han de ser realmente.
Mil veces he dibujado tus senos en mi cabeza. He dibujado tu desnudo completo. Tus piernas largas, tus brazos blancos, tu cuello acariciado y como no tus senos. Pero nunca he llegado a ese detalle. Mil veces he dibujado tus figura. Incluso tus senos de perfil, esperando mi mano. Pero nunca ese detalle.
Pero ayer sucedió que fui consciente de que has de tener un remate en los senos. Y no quise pensar cómo serán, qué habrá en ellos, su forma, su color, su sabor que no probaré, sin duda. Seguiré viviendo en el dibujo del deseo. En la esperanza de la sorpresa.
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