Luce un sol radiante, pero yo sigo aquí metido. Y la cuestión es que todo está en orden. Alguien podría pensar que soy un Diógenes cualquiera (no un Diógenes Laercio, claro), pero no, todo en orden y limpio. Mi puesto ante el ordenador recogido, no tiene ni migas, ayer le pasé la aspiradora.
Como no salgo me da tiempo a hacer muchas cosas. He escrito varias canciones. Y un montón de correos electrónicos. Me he apuntado a Hi5, Badoo y otro montón de cosas de esas en las que hay que poner una foto para que te vean y te puntúen como si fueras un toro o una modelo en un concurso de belleza.
La cuestión es que tengo un grupo de amigos que nos juntamos en el messenger a todas horas. Unos más por la tarde, otros más por la mañana. Una mujer me ha puesto su cámara web y me ha enseñado todo su todo. El sexo por internet está bien, excita, pero luego nadie te toca. Así que no está tan bien.
Me ha dicho que fuera a su casa, me ha dado su dirección y el teléfono, pero no quiero salir, no me apetece. Me ha dicho, bueno, voy yo y te la (palabra no reproducible porque me da vergüenza) y me lo he pensado por un momento, lo tengo todo tan limpio...
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