En otras ocasiones hemos hablado de la protección y el robo del patrimonio y en Roma, se inaugura hoy una exposición con obras que han sido robadas y vendidas ilegalmente y que por suerte fueron recuperadas por la policía.
Acompañadas de material didáctico que explica por qué hay que conservar el patrimonio y qué se pierde cuando se roba y se vende, la exposición quiere poner de relevancia que este hecho sigue produciéndose en Italia, lugar que ha sufrido un gran expolio durante siglos y siglos.
Lo mismo podríamos decir de España, donde gran parte del patrimonio tiene herencia romana, visigoda, árabe o románica. Un patrimonio que hay que defender y sobre todo proteger de aquellos que quieran apropiárselo y negociar a costa de lo que es de todos.
La pieza más interesante de la exposición es también muy interesante. Una gigantesca estatua de Calígula en la que se le ve convertido en un trasunto de Zeus, es esa pieza que iba a ser sacada del país en un camión de escombros camino a Suiza.
Calígula ha pasado a la historia como uno de los más crueles emperadores romanos. Si bien fue aupado al trono por el pueblo y el ejército, su ejercicio del poder fue desconcertante y sangriento, trabajando en beneficio personal y trayendo la desgracia al pueblo de Roma que vivió en su persona aquello que más temía, un rey despótico que abusaba del pueblo.
Condenado entre la lista de emperadores nefastos desde el principio, la descripción que hace Suetonio de su reinado en Vida de los doce césares muestra a un hombre cruel, ido y endiosado que creó a Roma muchos problemas. Tanto es así que acabó sucumbiendo a manos de los mismos que lo auparon al trono: los soldados de un ejército que un día vieron en él a uno de los suyos.
Acompañadas de material didáctico que explica por qué hay que conservar el patrimonio y qué se pierde cuando se roba y se vende, la exposición quiere poner de relevancia que este hecho sigue produciéndose en Italia, lugar que ha sufrido un gran expolio durante siglos y siglos.
Lo mismo podríamos decir de España, donde gran parte del patrimonio tiene herencia romana, visigoda, árabe o románica. Un patrimonio que hay que defender y sobre todo proteger de aquellos que quieran apropiárselo y negociar a costa de lo que es de todos.
La pieza más interesante de la exposición es también muy interesante. Una gigantesca estatua de Calígula en la que se le ve convertido en un trasunto de Zeus, es esa pieza que iba a ser sacada del país en un camión de escombros camino a Suiza.
Calígula ha pasado a la historia como uno de los más crueles emperadores romanos. Si bien fue aupado al trono por el pueblo y el ejército, su ejercicio del poder fue desconcertante y sangriento, trabajando en beneficio personal y trayendo la desgracia al pueblo de Roma que vivió en su persona aquello que más temía, un rey despótico que abusaba del pueblo.
Condenado entre la lista de emperadores nefastos desde el principio, la descripción que hace Suetonio de su reinado en Vida de los doce césares muestra a un hombre cruel, ido y endiosado que creó a Roma muchos problemas. Tanto es así que acabó sucumbiendo a manos de los mismos que lo auparon al trono: los soldados de un ejército que un día vieron en él a uno de los suyos.
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