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sábado, mayo 03, 2014

ADELA Y PEPE EL ROMANO, LO QUE NO SE VE EN LA CASA DE BERNARDA ALBA

Hay personajes que llaman la atención porque no están en la ficción, pero siempre son mencionados en ella. Godot es un personaje así. Esperado y aguardado durante toda la obra de Beckett, no aparece nunca en la escena.

Y como él sucede lo mismo con Pepe el Romano, el hombre que no aparece nunca en escena en La Casa de Bernarda Alba. Ese hombre, que es el prometido de la hermana mayor de las hijas de Bernarda, provoca una gran convulsión de la que sólo vemos su repercusión, pero no su acción directa.
Pepe, un hombre guapo y macho, es introducido en un contexto donde todo es opresión, clausura, muerte. Allí el personaje produce el mismo efecto que una bomba: su influencia acaba por hacer que la situación explote.

Prometido a una de las hermanas, mantiene, sin embargo, un romance con la hermana pequeña de la casa, que es también la más alocada y hermosa. Ese romance propiciará que la obra, todo tensión y clausura, se vuelva un drama, casi una tragedia.

Ver la obra desde el punto de vista de Pepe, ese personaje ausente que sin embargo condiciona todo lo que sucede en la misma, es lo que pretende la obra Adela, que estrenará  la compañía Barluk teatro en el Fernán Gómez de Madrid el día 7 de mayo.

Un diálogo entre Adela, esa hermana pequeña hermosa y con deseos de libertad, y Pepe, ese hombre tan hombre que puede a la vez cortejar a dos hermanas de la familia, es lo que cuenta esta obra que abre un arco narrativo y ficticio distinto: qué fue de Pepe, qué pensaba Adela los momentos antes de su muerte, cómo pasaban sus horas.

Un personaje ausente que se hace presente, aunque en la obra original su presencia se hace notar más que su ausencia. 



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