Llueve estúpidamente, como siempre que
llueve y la gente se pone nerviosa. Como no quiere mojarse se lleva
el coche a todas partes, sin darse cuenta de que con los paraguas se
consigue el mismo efecto. La cuestión es que el tráfico se
trastorna en todas partes.
Mi barrio es escolar. Hay tres colegios
y cuatro institutos. Y con la lluvia las madres se ponen nerviosas.
Les da miedo que se les mojen los niños. Como si les fueran a
encoger por mojarse. O como si se fueran a estropear. Los niños son
duros y lo aguantan todo. Y si les pasa algo pues te compras otro,
que ahora están baratos.
Esta mañana mi china, mi mujer y yo
hemos visto un enorme atasco mientras íbamos hacia el restaurante
chino. En la trastienda hacemos tai-chi. Esa es otra cuestión. A la
vuelta, tras horas de ejercicio, respiración y relajación el atasco
era el mismo y los niños no habían ido a la escuela. Total, que
sólo han ido a clase los niños que van andando y como sólo eran
tres han tenido ordenadores y deporte libre. Qué suerte.
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