No deja de sorprender el hecho de que
la gente se sienta feliz por cosas que no debería. Por cosas que
deberían dar vergüenza. Por cosas impropias y casi delictivas.
Gente que se siente feliz por la muerte de alguien. O como aquí,
gente que se siente feliz por algo que le ha llevado al juzgado.
Una vez más esta familia es acusada de
estafa. No entraremos en ello. No tenemos los suficientes datos. Pero
el hecho de dejar en paro y en la quiebra a un montón de gente, a un
montón de empresas no es para sentirse feliz. Ni para afirmar que lo
volvería a hacer. Todo ese montón de gente no se sentirá feliz
viendo como este hombre proclama su felicidad y su confianza en su
decisión.
Así que no sólo no siente vergüenza
por sus hechos, sino que se siente orgulloso de ellos, a pesar de
haber causado el mal a tanta gente. Sentirse feliz tras esto no deja
de ser extraño. Casi delictivo también.
Veremos qué opina la justicia de sus
hechos. De sus palabras casi es mejor no opinar porque se le saltan a
uno las palabras fuertes a la boca.
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