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miércoles, enero 12, 2011

12 DE ENERO

El sol reluce en la ciudad. El sol de invierno no debería ser así, no debería ser tan cálido. Sol de invierno suave. Pero no así. El calor te muerde en los edificios inadvertidos donde las calefacciones no se apagan y la energía se transforma en sudor.

La gente se despierta desconcertada por este sol inesperado. Apenas retiradas las luces se sienten invadidos de un furor primaveral y buscan sexo y amor por minutos en las aceras sucias de papeles de navidad. ¿Cuándo se irá?

Mientras la ciudad respira por los poros y se percibe una humedad extraña en el ambiente. Los cuerpos recuerdan la primavera y se buscan los unos a los otros. Sólo los solitarios, los que echan de menos, los ausentes se pierden en la ciudad calentada.

El sol reluce en la ciudad y este diario se parece cada vez más a una conversación de ascensor. Si pudiera hablar sólo diría te echo de menos.



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