En la mayor parte de
las historias de la humanidad que se cuenta, bien sea en la ficción,
bien sea en los libros de historia, siempre hay un vencedor y un
vencido, o lo que es lo mismo, dos puntos de vista narrativos al
menos, el del triunfador y el del perdedor. Incluso en las grandes
hazañas históricas que contamos en los libros podemos encontrar esa
dicotomía y contar la historia de una forma o de otra según nos
convenga.
En Historia de dos
ciudades Dickens narra sucesos relacionados con la Revolución
Francesa. Desde nuestro punto de vista histórico, la Revolución
Francesa fue un hecho necesario y de gran importancia pues crea la
igualdad entre los hombres de una manera efectiva y mucho más allá
de los preceptos religiosos que ya habían anunciado esa igualdad.
Pero en la realidad,
ese tiempo revolucionario estuvo lleno de muerte, sangre, abusos,
injusticias y crueldad. Asesinatos masivos, confiscaciones y, como en
casi toda revolución, la perversión de un lenguaje nuevo que
pretendía revocar el existente para cambiar así la realidad. En
otras muchas revoluciones, desde la de rusa hasta la de los Jemeres
Rojos de Camboya ha pasado lo mismo.
Dickens cuenta la
historia desde ese punto de vista de la crueldad, señalando que la
rabia y la venganza movían más al pueblo que la justicia, pues una
vez levantado se ensañó contra todo poder existente, sin pararse a
pensar en si quien lo detentaba había hecho mal con él o no.
Evidentemente
Dickens no cuenta la realidad, sólo una novela y en ella se dejan
ver sus miedos de hombre conservador y ya maduro, su horror por los
crímenes, por los levantamientos y por la impunidad que la masa da a
las personas para ocultar sus inclinaciones más aberrantes. Pero es
cierto que viendo sólo la parte histórica y casi heroica del hecho
nos olvidamos de las muertes y del terror que despertó el
levantamiento. Un mucho mayor del que podemos imaginar. Uno que en la
Europa de hoy en día es imposible. Por más que intenten asustarnos
con otros cuentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario