En esos años
límites entre el XIX y el XX donde la crisis social, económica y
cultural de España estaba ya en ciernes, donde el 98 se estaba
gestando y el gran desastre estaba ya anunciado, había más que
escritores y filosófos, en ese tiempo trabajaba uno de los pintores
con mayor nombre y lustre, Joaquín Sorolla.
Su museo en Madrid,
cerca de la Castellana, es uno de esos museos pequeños pero muy
completos. Casa del pintor durante su vida en Madrid, contiene una
gran colección de pinturas y es uno de los museos más visitados de
la ciudad, eso sin tener el renombre de las grandes salas, como el
Prado, el Reina Sofía o el Thyssen.
En su anunciado
aumento de los presupuestos en cultura, el Ministerio ha adquirido
nuevas obras y concertado depósitos para el museo del pintor
valenciano. Estas nuevas obras, expuestas ya en el museo, vienen a
completar la gran colección de pinturas del autor, que causó furor
en Estados Unidos en los últimos meses con una exposición que
compilaba gran parte de su trabajo en aquel país.
Un museo pequeño,
accesible y visitable en un día que muestra laobra de un autor de
gran fama y éxito y que supo plasmar en sus cuadros el color de la
vida.
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