Jiro Taniguchi, el autor japonés de cómic, traza historias íntimas, historias pequeñas de hombres que acaban por identificar al lector pues son historias que podrían suceder en cualquier tiempo, a cualquier hombre.
Si en Un zoo en invierno hacía memoria sobre su propia vida, y sobre todo, acerca de cómo llegó a ser dibujante y su relación con la escritura, el dibujo y la realidad, en otras obras hace una reflexión sobre la realidad de la familia.
En Barrio lejano trataba la figura del padre. Figura ausente, que se marcha y culpabiliza a los hijos, pero que tiene su propia personalidad, su propia vida y tiene que, en cierta forma cumplir con sus sueños.
En El almanaque de mi padre, el autor japonés vuelve sobre la memoria y una vez más pone sus ojos en la figura del cabeza de familia y cómo su hijo se distancia de él hasta el punto de volverse ambos dos desconocidos.
A través de los recuerdos de su hermana y su tío, el protagonista de la obra rememora a su padre y comprueba como desconoce su vida, su ternura, su amor y sacrificio por la familia. Pero, alejados ambos por el divorcio de los padres, el hijo tiene que esperar hasta la muerte de su padre para comprobar no sólo su parecido sino también que su padre era un hombre mucho más querido, más tierno y mejor de lo que él pensaba.
Una obra que reflexiona sobre la familia y el pasado. Sobre cómo la familia configura nuestra vida y puede herirnos o curarnos, dependiendo de nosotros mismos, de la actitud que tengamos hacia ella y de cómo nos relacionemos o no con ella.
Si en Un zoo en invierno hacía memoria sobre su propia vida, y sobre todo, acerca de cómo llegó a ser dibujante y su relación con la escritura, el dibujo y la realidad, en otras obras hace una reflexión sobre la realidad de la familia.
En Barrio lejano trataba la figura del padre. Figura ausente, que se marcha y culpabiliza a los hijos, pero que tiene su propia personalidad, su propia vida y tiene que, en cierta forma cumplir con sus sueños.
En El almanaque de mi padre, el autor japonés vuelve sobre la memoria y una vez más pone sus ojos en la figura del cabeza de familia y cómo su hijo se distancia de él hasta el punto de volverse ambos dos desconocidos.
A través de los recuerdos de su hermana y su tío, el protagonista de la obra rememora a su padre y comprueba como desconoce su vida, su ternura, su amor y sacrificio por la familia. Pero, alejados ambos por el divorcio de los padres, el hijo tiene que esperar hasta la muerte de su padre para comprobar no sólo su parecido sino también que su padre era un hombre mucho más querido, más tierno y mejor de lo que él pensaba.
Una obra que reflexiona sobre la familia y el pasado. Sobre cómo la familia configura nuestra vida y puede herirnos o curarnos, dependiendo de nosotros mismos, de la actitud que tengamos hacia ella y de cómo nos relacionemos o no con ella.
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