Mi ocupa y yo hemos estado hablando
estos días. Ella se aburría un poco y me hablaba. Yo la ignoraba,
pero ella seguía hablando, así que no tenía más remedio que
escucharla, aunque sólo fueran las frases finales. Eso suponía que
en ocasiones yo cogía pedazos incoherentes o sorprendentes de
conversación. Oía por ejemplo, pinzas de la ropa por todas partes,
y suponía que hablaba de colgar la ropa, pero no, hablaba de sexo.
No quise preguntar más.
En nuestras conversaciones absurdas me
ha contado que ella tiene una casa donde vive con su madre y un señor
que no es su padre, pero que podría serlo y al que quiere como si lo
fuera porque él la ha criado toda la vida. También me contó que
había tenido dos novios y un perro. Y que al más quiso fue al
perro, porque sus novios la verdad eran un poco tontos y sosos. El
perro no era ninguna de esas dos cosas.
Con los otros novios nunca hizo lo que
hace conmigo. No lo de acostarse, lo de meterse en su casa y no
salir. Lo mío lo ha hecho porque siente que tiene que estar conmigo,
porque si no me puede pasar algo malo. La verdad es que me ha
acojonado un poco, así que me la llevo conmigo a todas partes para
que me haga de guardaespaldas. Y de momento funciona. No me ha pasado
nada. Aunque la otra mujer con la que salía está un poco mosqueada.
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