Lo difícil siempre son las palabras.
Lo difícil no es hacer las cosas, sino explicar cual es la razón
que nos mueve a hacer esas cosas. Poner palabras a nuestros hechos
para que sean comprensibles y validables, para que sean lícitos y
correctos y buenos.
Por lo tanto, aquellos que no pueden
hacerlo, aquellos que no saben hacerlo tienen la opción de
defenderse con la mentira o el silencio. No poder explicar lo que
sucede lleva al silencio. Así reacciona el Presidente del Gobierno,
con silencio. No pude explicar lo que está haciendo o no quiere
entrar en contradicción con lo dijo antes.
Pero no hay que echarle la culpa, es
humano. Es una forma usual de proceder. No es buena. Y en un político
tal vez no sea lícito ni moral hacerlo, pero es humano. Y como
hombre que es, es comprensible que no lo haga. Tal vez no tenga
palabras para explicarse. Y por eso usa el silencio. Quizá sea mejor
eso que decir mentiras.
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